La sexualidad es una condición humana inherente y enriquecedora que nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte. Trae consigo capacidades y conductas para relacionarnos desde la comunicación, la afectividad, el placer y la reproducción.
La sexualidad es un fenómeno dinámico, individual y social, influenciado por la cultura y la historia. Si una persona cuenta con una vida sexual activa satisfactoria, impacta de forma positiva en su salud física y mental.
Durante los tratamientos de reproducción asistida, la sexualidad se ve afectada debido a que la pareja está expuesta a situaciones que los sacan de su vida normal de pareja y los enfrenta a una experiencia en la que la posibilidad de formar una familia se vuelve una tarea difícil y frustrante que impacta a cada uno de los miembros.
Las relaciones sexuales dejan de ser espontáneas y se vuelven una tarea que hay que cumplir bajo los parámetros establecidos por el tratamiento que trae a la pareja mucha ansiedad y el desempeño, deseos y vínculo sexual se ven seriamente afectados.
El declive sexual en la pareja puede ocurrir por varios motivos, tales como una sobre carga laboral , la etapa del embarazo, la crianza , falta de sueño, entre otras muchas causas y si a esto se le suma la presión de que sea una relación sexual “exitosa” entendida como resultados reproductivos favorables, hace que el deseo, la libido y el vínculo de la pareja cambie frente a este nuevo panorama.
Cada pareja es un mundo aparte y el vínculo que existe en cada relación tiene su propia configuración y su forma de expresión lo que hace cada pareja singular e irrepetible. La comunicación sexual es un elemento que puede afectar la estabilidad de la pareja. Esta comunicación debe venir desde un lugar de empatía y respeto que permita reconocer, aceptar y valorar la individualidad de cada uno, y al mismo tiempo unificar el espacio común de la actividad sexual – y el amor- que los une.
Aspectos importantes a tener en cuenta durante los tratamientos de reproducción asistida:
1. La intimidad tiene tanta importancia, que se considera como la primera fase de la respuesta sexual humana. La intimidad sexual es la integración de los sentimientos, los impulsos y las necesidades sexuales afectivas. Es ahí donde la pareja desnuda su cuerpo y su alma.
La intimidad implica mostrarnos como somos y compartir lo que necesitamos para la experiencia sexual. Es darnos permiso para explorar y descubrir las fuentes del placer sexual y emocional- afectivo para luego comunicarlo a la pareja. Tanto hombres como mujeres evitan tener relaciones sexuales porque no se animan a socializar cómo quieren ser seducidos o conquistados para activar el deseo. Tienen dificultades de expresar los estímulos sensuales que se necesitan y por cuanto tiempo deben actuar para alcanzar el orgasmo y la satisfacción del encuentro sexual.
Si bien el sexo es una necesidad humana, mas allá de su perspectiva reproductiva y la satisfacción puede traer a la vida de pareja, no hay que dejar de lado que cada persona es diferente, y cada uno tiene su manera de comunicar y manifestarse dentro del espectro de la sexualidad.
2. La seducción
Es tiempo de dejar atrás la creencia de que la relación sexual de una pareja heterosexual se reduce al coito vaginal. Esta falsa creencia puede inhibir el deseo sexual; así como generar factores de inseguridad, temor, dolor, frustración y agotamiento.
Para la mayoría de las mujeres, la seducción comienza mucho antes de llegar al acto en si. De tal manera, tanto para el hombre como la mujer el buen trato, la seguridad el respeto y el cuidado y la validación son varias de las condiciones que deben estar presentes para motiva el encuentro íntimo.
3. La planeación es una herramienta fundamental para recuperar la chispa de la relación, la idea es dentro de la rutina planificar encuentros que fortalecen el vínculo e intimidad ya que las relaciones requieren de trabajo, dedicación para fortalecerlas y nutrirlas.
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